martes, 2 de agosto de 2022

Corre conmigo Papá (Lina Hernández)

 Un niño sentado en un sillón

Descripción generada automáticamente con confianza baja


Corro velozmente como una gacela que quiere escapar de su cazador. Si consigo ser la más rápida, podré alcanzar el premio que tanto ansío: la mirada de mi padre. En su sonrisa se refleja el orgullo que siente por su “pequeña muñequita”, apodo cariñoso que me puso cuando nací.

Se levanta de un brinco gritándome alegre: “Corre, Cris, corre”. Eso me llena de satisfacción porque hace mucho tiempo que no muestra ninguna alegría. También es la motivación que necesito para hacer que mis piernas vuelen.

―Ahora iremos al spa, allí están las chicas maravillosas. Te divertirás mucho, muñequita― me dice. Yo me río. ¡Seguro que me provocan cosquillas en la espalda! Siempre lo hacen.

Noto a mi padre de nuevo triste . Quiero que me cuente qué lo entristece. Total, ya soy toda una mujercita de seis años. Quizás sea por mamá, que se fue hace mucho tiempo a visitar a mi abuelita. Aún no ha regresado, eso me ha dicho papá. Otras veces me dice que está jugando. No sé…

Te echo mucho de menos, mamá. Papi me dice que donde yo estoy estás tú. Pero no te veo. ¿Estás jugando al escondite, mami? Te busco por todos los rincones de casa y no te consigo. Creo que papá también te está buscando y se pone muy triste porque no te encuentra. Mamá, dile dónde te escondes. Me da mucha pena oírle llorar. Por mí no te preocupes, yo te localizaré, y sin llorar, porque soy una muñequita valiente, inteligente y perseverante. Eso me dice papá a cada momento. No quiere que lo olvide, aunque no sé muy bien qué significa.

Por eso me gusta tanto correr, mamá. Papá me dice que corra tras mis sueños e ilusiones, que no pare hasta lograrlos. No le entiendo bien, pero creo que quiere que tenga planes. Así que he hecho una lista con todo lo que haremos cuando regreses. Primero iremos los tres a un lugar que veo por la ventanilla del coche, cuando papá me lleva a dar una vuelta. Se trata de una enorme pista de patinaje. Me encanta ver cómo se divierten cuando caen y se levantan enseguida. ¡Es estupendo! Después iremos a la playa y enterraremos a papá en la arena, eso será muy divertido. También…

―Cris, Cris, despierta cariño, ya hemos llegado. Has estado todo el viaje dormida con los ojos semicerrados.

Observo cómo mi padre acondiciona mi silla de ruedas. Me coge en brazos con delicadeza y me sienta en ella. Así es él. ¡Me quiere tanto! Pero ha vuelto su triste sonrisa.

― ¿Te sientes bien, muñequita? ―me dice mientras me acaricia la mejilla.

― ¡Claro papi, yo siempre lo estoy! ―le respondo contenta.

¡Amo tanto a mi padre! No quiero verle llorar más. Creo que mover mi silla tiene que ser para él muy difícil. Me acuerdo de sus palabras y con la finalidad de dejar atrás la pena que parece consumirlo, grito a todo pulmón:

― ¡Corre por tus sueños e ilusiones, nunca te rindas. Siempre estaré a tú lado!

 Entonces tomo ambas ruedas con las manos mientras le grito:

― ¡Corre, papi; corre conmigo!


M. Lina Hernández Fuentes 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

SIEMPRE QUISE TENER UN HERMANO

Sebastián era el único hijo varón de cuatro hermanos, su infancia estuvo cohibida ya que siempre quiso tener un hermano de su mismo sexo. Él...